Riesgo: Cómo lo Definen las Pólizas de Seguro

En el momento en que buscás una póliza de seguro, la contratás porque querés que te cubra de posibles adversidades que pudieran ocurrir. Así elegís un seguro que te dé un respaldo en los momentos en que por alguna situación controversial dañes a algún tercero o podés, por el contrario, contratar un “seguro contra todo riesgo”.

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Pero ¿sabés realmente qué se considera riesgo para las pólizas de seguro? Tomando conocimiento de este concepto según el uso que en las pólizas se le da, sabrás con más certeza qué situaciones de tu andar cotidiano en el vehículo tienen cobertura y cuáles no.

Su definición

El riesgo existe cuando un suceso tiene la probabilidad de concretarse y que, dada su efectiva ocurrencia, se desarrollen consecuencias. En el riesgo el objeto que es asegurado se incorpora como el eje receptor de esas consecuencias negativas y por ello las pólizas se ocupan de su resguardo para que, en caso de llegado el momento de crisis, se puedan restaurar las condiciones primeras que ese objeto tenía.

[Tweet “”Es riesgo si proviene de un acto que se haya producido independientemente de la voluntad humana””]

 

Los riesgos pueden medirse según la intensidad del siniestro y así se darán situaciones más o menos riesgosas.

Sin embargo, esta definición no simplifica las cosas ni hace más sencilla la tarea de los seguros porque si algo tiene de complejo el riesgo son los caracteres que lo conforman.

Los caracteres esenciales del riesgo son los siguientes:

– Incertidumbre: el riesgo tiene esa doble vertiente que indica que algo puede ocurrir pero lo que no se sabe es cuándo ocurrirá. Es por ello que las pólizas trabajan sobre esos potenciales que se evalúan de acuerdo con proyecciones y con ejemplos de hechos que ya hayan tenido lugar.

– Posibilidad: para que haya un riesgo a cubrir es porque esa situación puede ser posible de acuerdo con algunas variables.

– Concreción: el riesgo tiene que poder ser analizado en función de su calidad y su cantidad y, con los resultados que se obtienen, se da lugar a la prima de cobertura.

-Licitud: no puede ir el riesgo en contra de las reglas morales.

-Fortuidad: para que el riesgo se considere como tal tiene que provenir de un acto que se haya producido independientemente de la voluntad humana.

Dadas las condiciones antes descriptas, toda situación que tenga lugar con tu vehículo, que pueda provocar daños materiales, sin haber sido intencional y sin haber buscado con esa acción el daño de otro, podrá denominarse bajo la nomenclatura de riesgo. Tu póliza, con este aspecto ya declarado, se dispondrá a dar lugar a una cobertura que recomponga el o los fallos que, tras el riesgo, se pudieran haber generado.

Son tantos y de tan diversa fortuna los riesgos a los que con un vehículo se puede incurrir que, un seguro contra todo riesgo es una de las mejores coberturas que podés adquirir.

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